La matemática que practicaban los primeros seres humanos estaba asociada a la vida cotidiana. Contar, medir, reconocer formas, eran acciones que realizaban los hombres y mujeres prehistóricos.
Existen evidencias arqueológicas relacionadas con el conteo y los sistemas de numeración primitivos, que tienen unos 30.000 años de antigüedad, como el hueso de Ishango, encontrado en las inmediaciones del río Nilo, al noreste del Congo que parece haber sido un registro relacionado con un sistema de numeración usado por entonces. Se especula con la idea que los habitantes de la tierra de esas épocas ya eran capaces de sumar, restar, multiplicar e incluso dividir cantidades sencillas. Lo cierto es que cuando comienzan a nacer las ciudades y las civilizaciones ya existían conocimientos matemáticos importantes.
La matemática babilónica, la que practicaban en